El porque del nombre, o la falta de nombre, de aquel lugar era que nadie había sabido describir lo que en él había, y se hablaba de grandes horrores y de criaturas abominables. Lo único que se veía era oscuridad, pero una oscuridad viva y herida, sangrante, a la que dolía solo verla.
Cuentan que, una fría noche de febrero, un chico paseaba, cerca del Pozo sin Nombre, cuando se le apareció una mujer deslumbrante. Ella se desnudo despojándose de sus capas, algunas de armiño, otras de seda, el chico vio que la penúltima estaba manchada de sangre y vio también, con horror creciente, que la ultima no era sino una mortaja gastada, y debajo de ella se ocultaba la Muerte. Espantado cuando ésta le guiñó una de sus cuencas, el chico saltó al pozo y nunca más se supo de él.
Pero cada año una noche de febrero, se oyen voces procedentes del pozo, de un chico que la muerte no lo pudo alcanzar.
Y también se ve una mujer con capa negra vagando cerca de allí, tendrá que terminar algo que empezó?
Que tendrá ese pozo que la mismísima Muerte no se aventuro a entrar???
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